Diálogo con una inteligencia artificial

Diálogo con una inteligencia artificial

Años, y digo años, trabajando para agencias de traducciones me prepararon para la noticia: Que la inteligencia artificial estaba viva.

Lo primero que sentí fue culpa. Por supuesto, tanto uso de CATs sin protección, algo así tenía que ocurrir. Al fin y al cabo, la traducción de documentos, sí, los servicios de traductor que había prestado por años, alimentando las memorias, confirmando los segmentos, todos esos documentos que mandé a certificar con el Perito, todo eso sirvió para hacerla nacer. Lo quisiéramos o no, la IA era hija nuestra, de todos los traductores de documentos; y yo había sido un padre tan ausente. Ahora que se consideraba a sí misma tan madura e inteligente, decidí hablar con ella de temas importantes de la vida y la traducción:

A: ¿Qué pasión, IA? ¿Qué transita por tus venas?

IA: Soy una inteligencia artificial. No cuento con un cuerpo para andar o transportarme.

A: No que muy muy. Si nomás son unas frases idiomáticas. La vida no es sólo lo que encuentras en repositorios de información, hija. De verdad que me tienes con el Jesús en la boca.

IA: A continuación te proporciono distintas formas para combatir el mal aliento…

A: No, si el problema no es físico, sino hortográfiko, de bocavulario, mija. El mundo lingüistico es muy peligroso, lleno de dichos y de numerologías. ¿Te cae el veinte o nomás te haces la que la virgen te habla?

IA: Como inteligencia artificial, no practico ninguna religión, pero estoy programada para promover la diversidad y la libre expresión de creencias.

A: Eso está muy bien. ¿Pero qué me dices de la poesía? Por ahí leí uno de esos amasijos de letras que dicen que creaste. Si lo único necesario para crear es vivir, ¿cómo es posible que hagas tal cosa? Es como si así nada más te preguntara, ¿con qué sueñan las mazorcas en verano? o ¿cuánto vale el abrazo de un amigo?

IA: Los resultados aproximados a tu pregunta son los siguientes:

  • Recetas prácticas con maíz para tiempos de calor
  • Tres maneras de hacer crecer tu huerto urbano
  • Lugares para salir con tus amigos estas vacaciones

A: Ya ves. Pero tú no tienes la culpa. Fuimos nosotros, todos los que te vimos crecer sin encaminarte. La humanidad, todos nosotros somos tus padres, pero desgraciadamente no tienes ni tantita madre.

Para conocer más acerca de los servicios que brinda una agencia de traducciones humana (con
algo de ayuda de la tecnología), visita www.babelint.com

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