Si eres traductor profesional, es probable que lo primero que te venga a la mente al pensar en las traducciones de turismo sea aquella sonada metedura de pata que apareció en el sitio web oficial de la Secretaría de Turismo en 2020, en la que tradujeron Guerrero, el estado mexicano en la costa del Pacífico, al inglés como “Warrior”. Este desafortunado incidente abre la puerta a toda una serie de extrañas posibilidades. ¿Tendría que aparecer Newcastle en Inglaterra como Castillo Nuevo en los folletos turísticos en español? ¿O Liverpool como Piscina de Hígado?
Dejando a un lado el humor, las consecuencias de recortar gastos y recurrir a traductores inexpertos y/ o descuidados solo para ahorrarse unos cuantos pesos resultaron ser extremadamente costosas en términos de prestigio y credibilidad. Lo que estaba en juego era nada menos que la imagen de un estado y de una nación a los ojos de los visitantes extranjeros del país. Teniendo en cuenta que alrededor del 88% de los turistas internacionales de México el año anterior (2019) provenían de los Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, todos países de habla inglesa, (https://datosmacro.expansion.com/comercio/turismo-internacional/mexico), quizá gastar tan solo un poco más para conseguir un traductor profesional de turismo para garantizar un buen trabajo habría sido una buena decisión. Como era de esperarse, el error se corrigió rápidamente, pero el daño ya estaba hecho, convirtiendo este episodio en un clásico ejemplo de que más vale prevenir que lamentar.
Un traductor experto en turismo necesita acumular muchos conocimientos y habilidades para producir un trabajo de buena calidad para este sector, que representa el 9% del PIB del país (https://www.eleconomista.com.mx/economia/Dia-Mundial-de-Turismo-el-sector-aporta-9-decada-100-pesos-al-PIB-de-Mexico-20210927-0058.html). Pero quizá lo primero que aprenda es que los nombres propios, como los topónimos, no suelen traducirse.