Dejando a un lado el humor, las consecuencias de recortar gastos y recurrir a traductores inexpertos y/ o descuidados solo para ahorrarse unos cuantos pesos resultaron ser extremadamente costosas en términos de prestigio y credibilidad. Lo que estaba en juego era nada menos que la imagen de un estado y de una nación a los ojos de los visitantes extranjeros del país. Teniendo en cuenta que alrededor del 88% de los turistas internacionales de México el año anterior (2019) provenían de los Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, todos países de habla inglesa, (https://datosmacro.expansion.com/comercio/turismo-internacional/mexico), quizá gastar tan solo un poco más para conseguir un traductor profesional de turismo para garantizar un buen trabajo habría sido una buena decisión. Como era de esperarse, el error se corrigió rápidamente, pero el daño ya estaba hecho, convirtiendo este episodio en un clásico ejemplo de que más vale prevenir que lamentar.