El origen del lenguaje

El origen del lenguaje

¿Te has preguntado alguna vez cómo sería la vida sin la forma de comunicación eficaz y estructurada que ahora conocemos como lenguaje? Desde compartir nuestras opiniones sobre la última película de James Bond hasta las cláusulas de una póliza de seguro de automóvil, la interacción humana se basa mayoritariamente en los sonidos y símbolos que reconocemos como palabras, todos ellos agrupados en una manera coherente por las convenciones de la gramática, la pronunciación y la semántica. Aquí radica la esencia de la comunicación humana y, para nosotros, la base de las traducciones profesionales.

¿Cómo surge el lenguaje?

El lenguaje es, sin duda, uno de los logros más profundos y trascendentales de la humanidad, pero ¿cómo surgió?

Según el psicólogo estadounidense C. George Boeree, el lenguaje evolucionó a partir de las vocalizaciones y señales de los animales, incluyendo sonidos como las llamadas de apareamiento o los olores para marcar el territorio (https://webspace.ship.edu/cgboer/langorigins.html). Sin embargo, una notable ausencia en dichas maneras de protocomunicación es el uso de símbolos, uno de los grandes diferenciadores entre la autoexpresión animal y las lenguas humanas.

Aunque el primer uso confirmado de lo que reconocemos como lenguaje se remonta a hace unos 6,000 años, hay evidencia de que se utiliza desde hace más de 100,000. Una de las teorías más ampliamente difundidas es que los gruñidos y gritos incoherentes de los homínidos de hace muchos milenios asumieron gradualmente formas estandarizadas como vehículos para transmitir un significado específico entre los miembros del clan (https://www.linguisticsociety.org/content/how-did-language-begin).

El problema para confirmar esta hipótesis es que los símbolos vocalizados en forma de palabras habladas no dejan ninguna evidencia identificable para que las generaciones posteriores puedan trabajar con ella. La única evidencia palpable que tenemos en este respecto es el modo del tracto vocal. Hasta hace unos 100,000 años, la boca, la garganta y la lengua de los seres humanos carecían de la manera necesaria para reproducir los sonidos utilizados en las lenguas actuales, por lo que ciertamente hay un fuerte elemento fisiológico en la aparición del lenguaje.

Continuidad y discontinuidad

A grandes rasgos, las numerosas teorías sobre los orígenes del lenguaje se dividen en dos grandes campos: Continuidad y Discontinuidad (https://www.languageinsight.com/blog/2019/the-origin-of-language-evolutions-greatest-mystery/). La teoría de la Continuidad plantea un proceso constante y gradual de perfeccionamiento del lenguaje hasta convertirse en lo que es hoy. Sin embargo, la teoría de la Discontinuidad aboga por un acontecimiento repentino y extraño, como un evento de mutación único que equipó rápidamente al cerebro humano para operar el lenguaje. 

El consenso académico y científico es que probablemente nunca sabremos con certeza cómo surgió el lenguaje; pero igual de difícil sería imaginar cómo sería la vida en la Tierra sin las diferentes lenguas y el arte de la traducción profesional.

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