Un porcentaje considerable del quehacer diario de muchas agencias de traducción de gran calibre corresponde a las traducciones médicas y/o farmacéuticas. Esto se debe en gran medida al enorme tamaño de este sector farmacéutico. Según el sitio web statista, en 2020 la industria farmacéutica ostentaba un valor de 1.27 billones de dólares (https:// www.statista.com/topics/1764/global-pharmaceutical-industry/#dossierKeyfigures). A pesar de esta cifra astronómica, es importante poner las cosas en perspectiva y señalar que la industria farmacéutica es solo una parte del sector médico o sanitario. Esta situación se refleja invariablemente en los conocimientos técnicos, tanto profundos como extensos, que se requieren para ser traductor médico.
Por ejemplo, alternativas como la medicina homeopática, el shiatsu y la acupuntura existen desde hace mucho tiempo y plantean una visión muy diferente de la salud humana. En tiempos más recientes, el abanico de opciones se ha abierto de forma significativa para abarcar toda una serie de nuevos tratamientos y remedios, que van desde el Ayurveda hasta el masaje holístico y un gasto mucho mayor en la investigación de los beneficios para la salud de sustancias utilizadas en la medicina ancestral como la psilocibina, el THC, la mescalina, el DMT y otras plantas psicotrópicas. Cualquier traductor médico que se precie de serlo debe estar completamente al día con el universo de terminología inherente a estas terapias alternativas.
Como tantos otros aspectos de la vida, el sector salud está experimentando actualmente profundos cambios en cuanto a las opciones disponibles y a las exigencias de un público cada vez más informado. Cualesquiera que sean los resultados de estas tendencias a corto, mediano y largo plazo, las empresas de traducción deben estar a la vanguardia para garantizar que los últimos avances puedan conocerse con rapidez y precisión en todo el planeta, independientemente del idioma o la geografía.